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sin patria, pero sin amo
without motherland, but without love

jueves, 2 de julio de 2009

DE LA NOVELA "PRENSA GULAG, LA APASIONANTE LUCHA DE UN PERIODISTA CUBANO DISIDENTE". DE JULIO SAN FRANCISCO. FRAGMENTO DE HOY

Aquella noche de finales de noviembre M lo había invitado a cenar en su chalet a las afueras de Nueva Gerona, la capital de Isla de Pinos, paradisíaco paraje en medio del mar al sur de Cuba. Arturo aceptó el gesto a la importante poetisa cubana con la condición de que ella prepararía la cena, él escribiría la cuartilla para su periódico, irían a la cama y, en dos horas, él partiría hacia la redacción, pues se trataba de una noticia de cierre para la primera plana del siguiente día.

En la cocina, M se las veía con viandas, frutas, vegetales y salsas y, en su estudio, él se las arreglaba con los conocidos qué, cómo, dónde y cuándo que debe responder cualquier lead periodístico bien escrito. Era una nota de rutina dando a conocer los cantantes que asistirían ese año al prestigioso Festival del Bolero de La Habana, cuya subsede principal sería la pintoresca ciudad de Nueva Gerona en la turística Isla de Pinos. En la relación que le habían entregado en la delegación de Cultura había leído, entre los nombres de la argentina Mercedes Sosa, la peruana Tania Libertad, la dominicana Sonia Silvestre, el cubano Portillo de la Luz, por primera vez, el de la mujer que se convertiría en el gran amor de su vida y que ya nunca podría separar de su azarosa historia y de su incansable corazón: Amparo Bailén.

Arturo se levantó, se vistió, le dio un último beso a M en la mejilla, le acarició con la mano derecha el pie izquierdo en rol de amante perfecto, y fue a entregar las susodichas veinte líneas que todo el turno de guardia estaba esperando en el periódico Victoria, voz del Pueblo Revolucionario, en la sureña isla cubana.

Tres o cuatro noches después, el 2 de Diciembre, día del aniversario del desembarco del yate Granma capitaneado por Fidel Castro, el más grande escenario de Nueva Gerona, la Plaza del Guerrillero Heroico -bautizada así en homenaje a Ernesto Guevara- estaba impresionantemente engalanada y recibía a los autores e intérpretes más prestigiosos del bolero en Cuba, México, Colombia y España.

Como los jefes de páginas culturales pueden tomarse algunos pequeños privilegios, Arturo se reservó cubrir precisamente ese escenario donde actuaría la cantante española. Recuerda Arturo que, por una razón (¿una premonición, una clarividencia, una corazonada?) que aún no ha podido explicarse, se sentía inhabitualmente nervioso hasta que los presentadores dijeron "y para cerrar este maravilloso espectáculo de esta maravillosa noche caribeña, ¡de España, Amparo Bailén y su orquesta!”. Amparo cantó “En el balcón aquel”, “En el tronco de un árbol” y “Lágrimas Negras”. La primera noche del Festival había sido cerrada con broche de oro, la de Amparo y la de Arturo estaba por comenzar sin causa y sin móvil, como ocurre siempre que el gran amor toca a las puertas de un corazón preparado para él.

En medio del típico nerviosismo y trasiego de un camerino, Arturo pasó por el lado de Amparo Bailén con la intención de abordarla y de entrevistarla, pero se le veía muy ocupada cambiando impresiones con sus músicos, diciéndoles lo que no le había gustado y dándoles indicaciones para el siguiente día. Esperó un poco y, cuando había quedado sola con su guitarra, se acercó.

-¿Cansadita? - le dijo

-Alguito -le dijo ella con una muy bien disimulada sonrisilla y una no menos disimulada mirada de mujer flechada y flechante.

-Le ayudo a guardar la guitarra -le dijo, mientras se presentaba como periodista cubano que cubría el Festival y le metía la guitarra en el estuche.

-Estuvo muy bien -agregó y, consciente de que tenía poco tiempo, -Mire, tengo que pasar por el periódico a redactar lo de esta noche, pero me gustaría verla antes de que se oculte esa luna, ¿Dónde está hospedada, Amparo?

-En la habitación 13 del hotel Colony

-¿Me esperará?

-(...)

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