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sin patria, pero sin amo
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sábado, 4 de julio de 2009

¿CÓMO SURGIÓ "PRENSA GULAG, LA APASIONANTE LUCHA DE UN PERIODISTA CUBANO DISIDENTE”? HE AQUÍ LA RESPUESTA

© Por Julio San Francisco
Cofundador-Subdirector de Habana-Press (desterrado)
Columnista
La Nueva Cuba
Julio 25, 2002
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Me di cuenta cuando –15 o 20 minutos después –aún sudaba frío por el miedo que empecé a sentir al descolgar el auricular del teléfono 91 – 42 –02 de Habana-Press, y dar la noticia de la caída de octavillas en la capital cubana, lanzadas por Hermanos Al Rescate, aquel sábado 13 de enero de 1996.

Aterrorizado, en un estado casi de pánico, pensé “si no vienen a fusilarme esta noche, si no pido perdón (inútilmente, claro) ante el pelotón de fusilamiento. Tengo que escribir esto”.

No hubo revuelta, no hubo sublevación, pero el día siguiente en un operativo conjunto de la policía nacional y la policía política en la habanera rotonda de Cojímar fuimos brutalmente arrestados y esposados Rafael Solano, director de la agencia, y yo, subdirector y, enseguida, cínicamente interrogados y, obviamente, no me fusilaron.

Pero, a la larga, fui a parar, con un agudo síndrome de neurosis depresiva-ansiosa al Sanatorio Psiquiátrico San Juan de Dios, de La Habana en el verano de 1997, después del acoso de la policía política, (había comenzado el 28 de enero de 1987 con mi auto edición en mimeógrafo de Acrobacia Roja) donde, algo recuperado, empecé a escribir lo que primero se titularía Apuntes para el estudio del Movimiento Cubano de Periodismo Independiente.

En una oficina, casi otra sala de sanatorio psiquiátrico, pero sin Hermana Amelia, de Madrid, en el verano de 2001 terminé lo que finalmente ha sido Corto cuento contra Castro (memorias de un periodista desterrado)*.

Durante cinco años he podido constatar que del tema se ha escrito poco, lo poco que se ha escrito está disperso y, de ese poco, bastante carece de rigor y, en algunos casos, no por falta de buenos instrumentos metodológicos de sus autores.

No he tenido que investigar mucho ni contrastar mucha información porque, excepto en la fundación de la APIC, tuve el privilegio de participar directamente, activamente, en todos los otros hechos fundamentales que son objeto de esta historia hasta llegar a los más sobresalientes (constituyen la etapa de apogeo de lo narrado –la fundación de Habana-Press y Concilio Cubano) y de estar, durante este tiempo codo con codo con Rafael Solano y Leonel Morejón Almagro hasta el punto que muchas veces, cuando Leonel gestaba Concilio... yo me quedaba a dormir en su casa, en el cuarto donde colgaba de un perchero la toca que tan bien siempre lució con su brillante dominio del estrado en defensa de otros opositores, y revisábamos juntos el texto de las bases del proyecto más inteligente y eficaz en la historia de la unidad de la oposición pacífica anticastrista cubana.

Posteriormente me instalé en la casa de Solano, en la sala donde permanecía la máquina de escribir de donde supo sacar el gran radiodocumental con el que ganó en 1988 el Premio Rey de España de Periodismo, porque allí radicaba nuestra agencia y, desde allí, trasmitimos todas las noticias relacionados con Concilio y con el resto de lo que fuera oponerse a Castro con palabras periodísticamente empuñadas.

No he escrito con un criterio historicista porque no soy historiador y porque creo que a la Historia, incluso considerada como Ciencia le convienen los elementos, correctamente conjugados, intelectivos y emotivos.

Tal vez por carecer muchas veces de estos últimos una asignatura tan importante (memoria-identidad) es considerada por muchos estudiantes en todo el mundo, al menos cuando son adolescentes que es cuando, para bien o para mal, más puede influir en su formación, un “ladrillo”, como se dice en Cuba. Yo he tratado de escribir, con esta concepción histórico - literaria, mis memorias de esa historia, desde el punto donde me tocó empezar a participar activamente en ella hasta el punto en que me tocó ser despachado, como una maleta que respirara, por el aeropuerto internacional cubano José Martí.

"Corto cuento contra Castro..." tiene INTROITO; AMPARO OCHOA: EL AVISO (CAPÍTULO I); ACROBACIA ROJA: LA AMENAZA (CAPÍTULO II); EL PERIODISMO LIBRE: LA CONDENA (CAPÍTULO III); EL PERIODISMO OFICIAL: LA MUERTE (CAPÍTULO IV); y un EPÍLOGO.

A lo largo y ancho de sus 380 folios trato de poner algunos hechos y personas (incluido yo y mis hechos –en su lugar - circunstancia). Siempre me han interesado los noheroes, por eso hablo de mí no sin decir, como ‘nuestro’ gran Don Miguel de Unamuno, perdónenmelo, pero soy el hombre que tengo más a mano. He podido contar, para su creación, justamente sólo con mi memoria, pero mi memoria no es del todo mala, y constatar los datos que constituyen la columna vertebral de lo contado.

Me he tomado, desde los puntos de vista de forma y juicio, todas las libertades que tengo a mano, que no son pocas.

En cuanto a lo primero, sólo he desechado lo que pueda complicar la lectura pues pienso que debo contribuir a facilitarle las cosas al lector. Dejaré que otros digan si se trata de una monografía, de un reportaje, de un diario, de un cuento, de una novela, de unas memorias, de todo esto o de un experimento inclasificable, pero en todo caso estoy seguro de que será útil para esa esperada Cuba soñada.

Estoy tan convencido de ello que sé que tendrá que utilizarse como texto de consulta en todas las facultades de periodismo de esa Cuba llegada en la asignatura Historia del Periodismo.

En cuando a lo segundo, sólo he omitido las cuestiones anecdóticas de las cuales se derivaría un criterio que podría afectar a alguien y aquellas revelaciones que alcanzarían categoría de bajeza.

Todo lector, desde luego, tendrá de todo tema tratado aquí –incluido yo –su propio criterio al guardar este libro en su anaquel cuando se publique, que solamente Dios lo sabe.

Como lo he escrito en pésimas condiciones, tanto en La Habana como en Madrid, no he podido emprenderlo con mayores pretensiones estéticas, incluso no he podido darle ni el “taller” necesario, pero lo considero literariamente digno. Constituye un urgente y desgastador “ensayo” para una próxima “puesta en escena” con mayor belleza. O un ejercicio para una novela pendiente.

En este mundo que es, entre otras cosas, el de "querer agradar" yo en mi medio siglo he podido moverme con toda libertad porque solamente me ha interesado agradar, en mi vida privada y pública, aparte de a mi familia a la cual siempre he agradado "de oficio", a mis amigos y a las 4 mujeres que he tenido. Eso he podido lograrlo al margen de consideraciones de conveniencias ideologizadas o políticamente correctas.
Sé que en el terreno o el ruedo de la política, a la que están tan vinculados el Periodismo y un tipo de Literatura, para hacer un "buen juego" o una "buena faena" hay que tener muy en cuenta este requerimiento, pero ocurre que, muchas veces, para lograrlo hay que comprometer la ética personal - profesional donde pierde su médula el Periodismo y su valor el periodista. No estoy dispuesto a eso. Prefiero perder el juego o hacer una mala faena. Y para mi profundísima satisfacción personal así me ocurrió, primero, cuando ejercía el periodismo oficial, después, cuando ejercí el periodismo libre y, ahora, en el exilio.

No es de dudar que en la Cuba del Mañana --si llego a ella-- la historia se repita. Siempre tendré asegurado el Pulitzer de mi familia, de mis amigos, de la exquisita, inteligente, sensible y bella mujer que me acompañe y de un grupito de lectores que se pasan mis 6 libros inéditos de mano en mano desde hace 22 años y, cuando pueda introducirlos en Cuba, se pasarán los tres que he escrito en el destierro.

He sido todo lo objetivo que mi subjetividad me ha permitido y todo lo imparcial posible, contra mi condición humana al fin, por dos razones: una, aunque elegí el género memorias, que permite determinadas licencias, no he podido dejar de sentir el peso de que he estado escribiendo sobre una historia real; dos, nunca he querido ser honesto porque cuesta muy caro -¿no digo yo si lo sé?-, pero nunca he podido ser deshonesto (¿tal vez para mí eso sería lo mas caro?) porque alguna fuerza interior o exterior, misteriosa, me lo ha impedido durante toda mi vida, azarosa precisamente por mi honestidad emocional e intelectual que es la única propiedad privada que me llevaré, y con cuánto orgullo, a la inevitable tumba del mañana.

De aquí se desprende que el lector podrá notar fácilmente que he decidido quedar bien sólo conmigo y ser fiel a esa historia que es –perdónenme el fácil símil -como la amante subyugante, pero conflictiva de la que se ha estado enamorado locamente y que tanta desgarradura e incertidumbre nos ha causado.

Nadie del resto del staff de Habana - Press está comprometido con el contenido de este libro. No he consultado nada con ninguno de ellos, y no por modestia –que me daría igual-- sino por no implicarlos en mis juicios. Yo soy el único responsable de estos 380 folios y de su portada y contraportada.

De quienes tuvimos, más o menos, una participación protagónica durante los días gozados, sufridos, contados (del 0 al infinito) y narrados, que los calculo entre 8 y 10 personas, creo que todas podrían escribir esta misma historia –quise decir, memorias –con sus puntos de vista y, entre ellas, una o dos más, ofrecerían, sin duda, lo que he pretendido ofrecer yo: un gran reportaje, eso que de este lado del Atlántico se llama Periodismo de Creación, y, de aquél, Periodismo Literario.

De esos, consideremos 10 libros, saldría, mediante un estudio comparado de los expertos, la historia del acontecer que nos ocupa y que, como parte de la lucha por los Derechos Humanos y la Democracia en nuestra patria martirizada, constituiría ese capítulo fundamental de la Historia de Cuba. Me ha requerido un gran esfuerzo de hormiga laboriosa hecho con hormigón armado. Este resultado es mi aporte.

No he podido dejar de tener en cuenta que en este libro mis seres más queridos –mi familia y mis amigos- encontrarán mucho dolor y se darán cuenta de que es el mío. No podía ocultarlo porque si he sido honesto toda mi vida y estoy pagando por ello, debo serlo completamente. Este dolor, tanto, es útil, incluso para mí mismo.

No puedo pedirles que no lo sufran, pero desearía que en lugar de sufrir se enorgullecieran, se sintieran felices porque yo, aunque sufra, lo soy. Soy un hombre con sentido, que ha tomado decisiones meditadas, que no se arrepiente de nada, que se siente satisfecho con sí mismo. Soy, entonces, un hombre con mucha suerte. Si pudiera ser un gurú podría dejar una lección de sabiduría y felicidad a muchos, pero, como no lo soy, quiero dejársela a mis seres queridos.

El tiempo permanece, como siempre, fijo, la Tierra y el Reloj giran, los muchachos y las muchachas están enamorándose, el otoño se traga al verano (a mi ansiado verano), el invierno al otoño, la primavera al invierno, nacen siempre nuevas flores –es fantástico bajo nuestros pies- y ya suman años durante los que he visto como el otoño se traga al verano sin que yo pueda hacer nada.

Tengo patria todas las mañanas durante la media hora que, por 125 pesetas, me tomo un café con leche con tres sobresitos de azúcar y leo El Mundo mientras comento con el amable Juan, el camarero, lo que aconteció el día anterior.

Mi patria es ese modesto bar que se llama Kariel. Por las noches, después que abro el sofacama donde duermo, mi patria es ese instante en el que enciendo el incienso. Y día a día, espero a Godot convencido de que llegará aunque no llegue.

Madrid, agosto 2001

*Después de concluida esta investigación y terminado “Corto cuento contra Castro (memorias de un periodista desterrado)” decidí utilizar toda esta información para escribir la novela “Prensa Gulag, la apasionante lucha de un periodista cubano disidente, en la cual opté por mezclar la realidad con la ficción, y destruí el primer libro, o sea, “Corto cuento contra Castro…”, o sea, el libro que menciono en estas palabras introductorias de entonces.

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